martes, 30 de julio de 2013

Cambio de enfoque.

Nuestra sociedad entera esta enfocada hacia el político, su opinión y lo que hace o deja de hacer, eso es tan absurdo como una empresa que enfoque toda su estrategia en seguir a un empresario, olvidandose del producto o del cliente, el enfoque debe ser sobre el cliente y buscar producir el producto adecuado a sus necesidades, por eso esta democracia "no vende", los economistas e ingenieros lo saben, pero no nuestros políticos y no debemos dejarlos en el error.
Todos somos electores y al mismo tiempo consumidores y nuestro comportamiento individual afecta a todo el sistema, son los dientes de la rueda que trasmiten el movimiento.

Al haber trabajado en consumo he visto como los abusos por "miopía de ventas" hicieron desconfiados a buenos consumidores. Singularmente era un colectivo pequeño, pero muy activos en contactos respecto al conjunto, los que generaban los abusos; hay que volver a comunicar las prácticas correctas sin generar miedos, la versión del estafado no es la única que tiene que quedar sino la didáctica correcta de como actuar.

Los medios de comunicación están afectando negativamente sobre la población y sus hábitos de consumo, son demasiado alarmistas y no siempre dan la información veraz y limpiamente, sino sesgada, quien escucha a las dos partes con conocimiento de causa y conoce el problema de primera mano sabe distinguirlo, pero somos muy pocos, guste o no guste, algunas campañas de defensa de consumidores han llegado a ser tan alarmistas que han llegado a generar paranoias infundadas, cuando se defiende el consumo desde la ética se da la información correcta y el consumidor lo agradece, pero volver a orientar a un consumidor mal informado es un trabajo arduo, no por ello todas las alarmas son infundadas ni estoy contra las asociaciones de consumidores pero en todo hay unos límites que no se deben traspasar y nuestra sociedad, desgraciadamente, ha visto sobrepasar demasiados límites.

Pero el talón de Aquiles de la recuperación está en generar una mentalidad inversora, donde primero se ha minado la desconfianza por el empresario sistemáticamente, es incluso un reto mayor y no veo que se intente afrontar, toda actuación para implantar los hábitos económicos de inversión productiva no sólo se ha de dar información técnica sino dar ejemplos concretos a imitar, tratar de captarlos desde revistas o medios es dificil si desde la educación no recibió la información de base correcta, es como querer recolectar sin plantar semillas.
Hay que hacer la didáctica correcta y que el consumidor- inversor conozca su papel y lo que se espera del él, mientras tanto seguirá autoprotegiendose encerrado en su concha. Volvemos al dilema de innovar o claudicar.

La atención sobre proyectos concretos ha de tener en cuenta las restriciones iniciales, imitar las formulas aplicadas en otros países sobre consumidores-inversores ya formados no tiene efecto, porque la confianza, de los pocos que la tenían, además  se perdió por años de abusos que han quedado impunes, hay que demostrar integridad y convicción en lo que se hace y como se hace.

Por eso la primera llamada de atención de estos colectivos para sacarlos de su concha es alzarse contra las prácticas abusivas que hallan quedado impunes sólo asi verán la luz los proyectos aparcados por falta de financiación, si no hay seguridad no se vende.
La práctica correcta para atraer la financiación sobre nuestro país depende también de como solucionemos nuestra corrupción, desde luego no pasa por taparla, ni por cerrar filas entre lo malo o lo peor, mientras sigamos anclado en ese pilar sin renovarlo tenemos poco futuro de mover la rueda del cambio. Lo que el resto de los europeos no permitan es el límite máximo de lo que nosotros no debemos tolerar.
Mientras el foco esté puesto en nuestros políticos y el mal ejemplo que están dando de nuestro país -interna y externamente- el resto tenemos pocas posibilidades de prosperar, estamos dilapidando nuestro desarrollo si actuamos como gañanes y no pensamos en la visión del conjunto. No nos autoengañemos la visión que tienen de nosotros por no actuar ante la corrupción la dejaron clara hace año en la prensa europea a través de este artículo
Debemos apartar las piezas que están bloqueando la confianza en nostoros mismos antes de poner el motor en marcha.

lunes, 29 de julio de 2013

Innovar o claudicar

No es momento para seguir siendo conservador, mantenerse en impasible cuando todo se desmorona es absurdo,  una crisis es un momento de cambios y hay que ser innovador y buscar nuevas soluciones para problemas nuevos, las viejas soluciones quedaron obsoletas(1).

Si esta crisis hubiese llegado como un accidente de tren la reacción hubiese sido inmediata, pero ha sido gestada lentamente de forma silenciosa, se puede eternizar su salida o empeorar la situación, si no se hace una actuación correcta.

En todo este proceso de degeneración ha habido errores por omisión, que debemos ser autodisciplinados en superar, hemos dejado atrás a dos colectivos fundamentales para el diseño de un tejido económico que sustente la economía privada y de ahí a los servicios del Estado, teniendo una escasa participación activa como políticos en la toma de decisiones: son los ingenieros y los empresarios, los que organizan trabajo de equipo, no sólo desde las contratas públicas, su participación en la vida política activa ha sido mínima, no todo son leyes, las leyes han de estar al servicio de las necesidades y las necesidades las debe conocer el gobernante de primera mano.

Ahora que el ciudadano ha perdido la confianza en sus políticos -a los que sí hay que reconocerles estudios y estadísticas, libros blancos, consorcios y convenios de armonización, cambio de tramos y porcentajes de fiscalización...- pero mientras, el panorama de nacionalismo y federalismo avanza aprovechando el desánimo y la confusión general, es necesario una re-activación sobre colectivos éticos que generen de nuevo confianza en la recuperación y que atraigan la atención sobre el camino correcto de la recuperación, que se seguirá alejando si no lanzamos señales claras de que sabemos lo que tenemos que hacer y empezamos a hacerlo, mientras la agitación continua no se supere y la corrupción no se castigue no hay esperanza.

Independientemente de lo que se opine desde dentro de los partidos o sobre lo que pacten entre ellos para mantener su bipartidismo, los ciudadanos libres tenemos opinión propia, podemos y debemos marcar los límites de lo que eticamente no estamos dispuestos a aceptar y como iguales, en virtud de una mayoría, hay que demostrar los valores en que se cimenta la sociedad que son más sólidos que los de muchos de nuestros representantes están demostrando, ahí está la innovación.

Hasta ahora nos hemos comportado como callados sufridores pasivos, aún teniendo el conocimiento y la razón de nuestra parte, tenemos la su oportunidad de mejorar nuestro protagonismo respecto a la sociedad, si estamos dispuestos a realizar cambios necesarios y justos. Después de años de mentiras la verdad se abre camino sola, pero hay que dejarla salir.


(1)bibliografía, Y tú ¿innovas o abdicas? de Justo Nieto Nieto

Re-ingenieria de procesos

Toda organización o sistema humano dinámico con el tiempo evoluciona y se hacen necesarios reajustes en el sistema para volver a optimizar los procesos, este concepto es válido para una empresa privada y para una Administración Pública o un país.

La eficacia del diseño original va cambiando de forma y funciones con el tiempo y periodicamente hay cambios de ciclo en que hay plantearse una revisión general de la distribución, de forma planificada o porque el sistema se agote.

Simples reformas parciales no siempre consiguen que el flujo del proceso sea continuo y se requieren cambios estructurales mayores nuevos conceptos en el diseño.

Si tomamos un país como nuestra empresa, deberíamos analizar los procesos que están ralentizando el flujo que no permite que la economía funcione, teniendo en cuenta todos los factores o variables, con objetividad absoluta, como piezas de una máquina que es necesario ajustar para volver a obtener medidas críticas en costes, rapidez o rendimiento.

El primer punto en el que debemos cambiar el planteamiento es en esperar como ciudadanos que lo haga el poder político, cuando la ciudadanía otorga una mayoría absoluta a un partido en espera de reformas y estas reformas no se acometen en una sociedad moderna debe haber habilitado mecanismos como para hacer pública una opinión del sentir general y que sea tenida en cuenta, si lo hacemos los propios ciudadanos tendremos la seguridad que se tienen en cuenta nuestros intereses y después ir al político con una petición concreta a tener en cuenta, los electores son sus votantes, captarnos no es cuestión de campañas sino de hechos.

El comportamiento que el ciudadano tiene con las asociaciones es un mimetismo del modelo que tiene inculcado de su Democracia, piden pero no participan, esperan que se lo hagan y sino consiguen algo a cambio, no vuelven, así se hace una sociedad individualista.

Sin embargo es en las asociaciones donde el ciudadano tiene que aprender a vivir en democracia, sentirse en un grupo de iguales y respetado por el resto del grupo, donde su participación se valore positivamente y del resultado del trabajo en equipo todos obtengan una satisfacción por el deber cumplido y generar esta dinámica es relativamente fácil cuando se sabe organizar equipos. Curiosamente hemos dejado que sean los colectivos menos preparados los más fácilmente arengados y manipulados cuando con el mismo esfuerzo se podía haber hecho una didáctica correcta.

La democracia hay que recuperarla desde la base. Si queremos una democracia más participativa, somos nosotros los primeros que debemos participar. Cada persona es un voto y lo que vote el colectivo me afecta por lo que tener las reglas democráticas claras por todos mejora la calidad de nuestra democracia.

Hasta ahora los movimientos sociales que han "participado", de forma aparentemente espontánea, han hecho propuestas poco realistas y faltas de desarrollo en el tiempo; aunque hay que reconocer que aún a falta de buenas propuestas y carencias de conocimientos legales, sus seguidores al menos han tendido la valentía de hacerlas.

Por eso el objetivo principal de este grupo es formar propuestas de puntos concretos y reformas con base y desarrollo suficiente como para hacerlas llegar a término.

Seguro que todos estaríamos de acuerdo en unos pocos puntos básicos a reformar y el propio grupo puede ser el inicidador de realizarlo, la simplificación manipuladora de culto e individualista es porque como colectivo no se organiza, cuando la simpatía que genere por ser activo por las necesidades que son de toda la sociedad rompería esa fractura social y restauraría el equilibrio.

En realidad no estoy diciendo nada novedoso que no esté superado en los países de nuestro entorno, esta es la práctica habitual en cualquier país democrático, que ya tiene habilitados los cauces para hacerlos, si legalmente sabemos que no hay impedimento, no nos frenemos en hacerlo, nuestros políticos no pueden negar peticiones legítimamente fundadas, aunque les suponga el fin de algunos privilegios, hay que ser más ambicioso y menos sumiso, salvo para asociaciones locales en temas que afectan directamente a un colectivo, las relaciones de asociaciones de implantación en el territorio aquí están cortas de desarrollo.

Antes de hacer propuestas concretas en que todos podemos estar de acuerdo, propongo un ejemplo de derecho comparado - lo que en el ámbito de la empresa se llamaría comparación competitiva o benchmarking- de "procesos" de nuestro entorno.

Comparemos con Francia donde se hace un seguimiento a sus políticos y la red de asociaciones activas hace que cualquier iniciativa sea seguida por un amplio colectivo, fueron estas organizaciones las que iniciaron acciones con propios criterios como en no a la Constitución Europea, no cuestionando a Europa sino que no querían una Europa a cualquier precio, así es como los ciudadanos tienen el control sobre sus políticos.

Para llegar a ese nivel han pasado años y han sido perseverantes con el respeto a sus derechos, consolidados con orgullo. Esta debería ser nuestra meta, pero "la fama cuesta" nosotros tenemos que hacer lo propio, nadie nos lo va a dar hecho, en algún momento hay que empezar a dar los pasos correctos, este es un buen momento, nunca antes el ciudadano de a pie había sido tan receptivo a nueva información, con el desánimo general, aquel grupo que haga una propuesta en positivo sobre los puntos básicos que anhela tendrá su rápida atención.

La base del cambio está en nosotros, somos el eje de la rueda.



Sandra Fernández