miércoles, 29 de mayo de 2013

Propuestas

 

Proponer soluciones viables y de consenso.

La solución está escrita en la propia Constitución en su artículo 1º cuando dice "España se constituye como Estado Social y democrático de derecho", aquí la palabra social hace referencia a la sociedad que al mismo nivel del Estado ha de perseguir los intereses generales, el Estado democrático de derecho que está fallando es el que está en poder de los Partidos, que nunca fueron un Poder en la división de poderes pero han acabado por acapararlos, pero la Sociedad somos todos y cada uno de nosotros y nuestra decisión es Soberana, concepto que no solemos interiorizar para ejercerlo, somos nosotros los que tenemos que activar nos por nuestra democracia como colectivo.

Tendremos que admitir que la Constitución tiene algunas reformas pendientes que son subsanables y deberíamos mostrar un amplio consenso y unidad en reformas concretas, pero su estructura general es la deseable por la mayoría, muchas ineficiencias actuales son por no cumplirla en toda su plenitud, luego el problema no es tanto del texto escrito en su conjunto sino de las omisiones de los hombres y mujeres en hacerlo cumplir.

Cada uno de nosotros tiene que asumir una parte de la recuperación de la democracia, como paso previo a la recuperación económica, pero dando una muestra de madurez, las masas en la calle son incontroladas y fácilmente manipulables, a no ser que previamente tengan un consenso de qué quieren y la legitimidad para hacerlo.

Por las opiniones expresadas durante el último año, en multiples foros, por muchos españoles se ha ido desgranando lo que queremos de nuestra democracia y se manifiesta un consenso general en estos temas básicos:

  1. En la ley electoral y en la Constitución permitir las listas abiertas en el Congreso de los Diputados, art. a fin de que que cada candidato se deba a sus votantes y no a la disciplina de su partido.
  2. Reducción del estado de las autonomías re-centralizando competencias, racionalizando los servicios y equilibrar los desmesurados gastos del Estado causados por su cargado tamaño, su alto coste y aplazamiento de decisiones por interrupción de procesos electorales, cada competencia tiene un nivel de eficiencia acorde a su función, al descentralizar competencias básicas para el Estado como Sanidad y Educación, se ha roto el principio de igualdad, tanto por los servicios recibidos como por la fragmentación del servicio o el coste.
  3. Limitar el número de legislaturas para ocupar el mismo escaño para que haya una mayor renovación del hemiciclo.
  4. Y por supuesto, la independencia del Poder Judicial, sin su correcto funcionamiento se han cometido muchos desmanes al tener los políticos la consciencia de quedar impunes, esta modificación requiere un cambio en la constitución para que los representantes del CGPJ no sean elegidos por el Poder Legislativo, sino por los propios jueces y magistrados, pero esta iniciativa ha de partir de los propios juristas, que sería ampliamente respaldada por el Pueblo, algo básico para recuperar la confianza de la Ciudadanía en la democracia.

Estos cambios, según la legislación actual, se deben hacer desde el Congreso con una mayoría absoluta, para realizarlos no se admiten firmas al ser una ley orgánica, la mayoría absoluta ya se ha hemos dado al inicio de la legislatura luego no es la falta de quórum el motivo por el que no se realizan, esta democracia está blindada a los cambios por mucho consenso que tengan, si unos pocos no quieren.

Hemos de expresar públicamente estas reivindicaciones para que quede claro cuantos de nosotros queremos este cambio, en un entorno democrático como Europa no puede pasarse por alto que un gobierno no atienda estas solicitudes de sus ciudadanos, cuando muchas de ellas son ya parte integrante en sus legislaciones hace años.

Tenemos una democracia incompleta pero subsanable, es necesario implicarnos en recuperarla, en primer lugar movilizandonos con una recogida de firmas sobre un catálogo de puntos concretos de amplio consenso y luego presentandola al Congreso, es la propia campaña de recogida lo que se convierte en nuestra forma de manifestarnos de forma tangible y democrática.
Se consigue con la colaboración de todos por propias convicciones, somos muchos más los que deseamos estos cambios que los que puedan estar en contra, expresemos nuestra mayoría activandonos, no sigamos siendo una amplia mayoría silenciosa.
El presente es nuestro momento, nosotros decimos ahora lo que queremos que la historia cuente de nosotros, si las decisiones seguimos aplazandolas, demostramos sometimiento a un gobierno que no toma decisiones y a un modelo de Estado que no es el que ya queremos, ni sirve a nuestros intereses.

En una sociedad de ciudadanos libres no debe haber obstáculos para hacerlo.
                                                                          Sandra Fernández González
                                                                          Diplomada en Economía y Ciencias Empreariales
                                                                          Máster en Derecho y Administración Pública.

Las autonomías a juicio - I parte


El "estado" de las Autonomías

Antes de nada recordar unas palabras para situar al lector en el punto de partida.

"Y como la multiplicidad de leyes frecuentemente sirve para los vicios de tal forma que un Estado está mejor regido cuando no existen más que unas pocas leyes que son minuciosamente observadas, de la misma forma, en lugar del gran número de preceptos del cual está compuesta la lógica, estimé que tendría suficiente con los cuatro siguientes con tal de que tomase la firme y constante resolución de no incumplir ni una sola vez su observancia..."
                              Discurso del método. Segunda parte.
                             Trad. G. Quintás. 1981. Madrid. Alfaguara
 Quien dijo estas palabras fue René Descartes en 1637, leyendolas no cabe duda de que quien ideó las autonomías no las aplicaba en su razonamiento lógico, no cuestiono a cada uno de los estatutos de autonomía por separado, sino la argumentación por la que se llega a la conclusión que auto dividir un estado en diecisiete nuevos órganos legislativos con competencias para generar multiplicidad de leyes tenga alguna lógica cartesiana, salvo que lo que se pretenda sea dinamitar el Estado por su propio error de diseño y colapsarlo por su propio peso, estoy cuestionando la oportunidad de la decisión de la senda autonómica en 1981 alejandose del modelo inicial para el que se había previsto la reciente constitución de 1978.
Luego, descartada la lógica y la persecución del interés general del ideólogo, "sus" razones adolencen de una visión a corto plazo con fecha de caducidad no determinada, realizar estos cambios para luego tener que deshacerlos no es argumento para iniciarlos, a no ser que el razonamiento hubiese sido crear un paso intermedio hacia la desintegración del propio Estado.
¿Es razonable mantener una situación con errores de vicio desde su inicio? ¿nos beneficia en algo seguir mantenerniendolo? ¿nos lo podemos costear? Vista la evolución sufrida en sus años de existencia: no, no y no, en este panorama seguir concediendo a nuestros políticos los privilegios de que gozan sus señorías por hacer "como que es necesario" su papel de volver a legislar en las materias de las competencias trasferidas y hacer presupuestos autonómicos -con criterios de geometría variable[sic] todo lo contrario a unos criterios tasados y regulados como es habitual en cualquier estado- es prescidible, hacerlo desde unas Cortes generales es la función para la que se crearon y la misma que realizan con eficiencia las democracias de nuestro entorno como Francia o Italia por poner dos ejemplos de países de tamaño similar al nuestro, distribución territorial similar incluso tomada como modelo en la redacción de nuestra constitución del 1978 y que gozan de una larga tradición democrática.

En el derecho comparado no hay otro caso similar, incluso EEUU con 52 estados y más de 300 millones de personas sólo tiene unas Cortes centrales, en el modelo federal alemán fue una imposición de los aliados para que no concentrase todo su poder y dividirlo en 16 estados tradicionales, para una población de más de 60 millones de habitantes, entonces ¿ porqué hemos adoptado esta formula de multiples órganos legislativos que no nos beneficia? muchos de nosotros se lo deberíamos preguntar a nuestros padres cuando lo votaron, pero no nos engañemos aunque hubiesen votado que "no" el plebiscito no era vinculante e igualmente se hubiesen creado y recordemos que la pregunta no fue clara en todos los casos.
Utilizando los preceptos del discurso del Método ..."El primero consistía en no admitir cosa alguna como verdadera si no se la había conocido evidentemente como tal. Es decir, con todo cuidado debía evitar la precipitación y la prevención, admitiendo exclusivamente en mis juicios aquello que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviera motivo alguno para ponerlo en duda." .
Reflexionen ustedes mismos aplicándolos sobre el estado autonómico, recordemos que Descartes utilizaba como ejemplo a las propias leyes con una verdad no cuestionada así que cuestionense y  pongan en duda seriamente lo que para muchos españoles es el único modelo de Estado que han conocido y que para muchos otros ha sido una mentira socialmente aceptada por la mayoría, pero sin los medios para los ciudadanos, hasta hoy en día, para poder ser cuestionarla públicamente en contra de los medios dirigidos a las masas y controlados por unos pocos.
El resto de las democracias de nuestro entorno en países de tamaño similar al nuestro no reparte sus impuestos en mantener "Cortes regionales", es más, en el proceso originario de formación de los estados la eficiencia administrativa consistió en unificar decisiones en el Estado, más tarde se incorporaron los grandes principios de las democracias con igualdad para todos los ciudadanos y para evitar abusos se controló su poder con la división de Poderes por lo que más bien parece que hemos retrocedido o entendido mal la "división" de Poderes dotándonos de nuevos centros legislativos en competencia con el central y sometiendo al Poder Judicial al poder político de los partidos; no confundamos el poder legislativo con los gobiernos regionales o provinciales que sí tienen una justificación organizativa para una mayor eficiencia de gestión entre grupos de provincias con características e intereses comunes o dentro de cada provincia para coordinar sus administraciones locales.
                                   



Fin de la primera parte

                                                                                                       Sandra Fernández González